El impacto que sufre una persona por la pérdida de una mascota depende de qué tan cercano se era a la mascota, y en esa misma proporción, va afectando las relaciones que tiene el dueño con las personas cercanas, siendo familiares y pareja los primeros en sentir los impactos de la muerte en el dueño de la mascota.

Dentro de las respuestas emocionales más comunes que se pueden dar luego de la muerte de una mascota están:

  • -La soledad
  • -La dificultad de mantener el control de las emociones
  • -Ansiedad
  • -Incertidumbre
  • -Culpa
  • -Sentimiento de fracaso
  • -Aislamiento social
  • -Hostilidad social
  • -Depresión

De esta manera, enfrentar la muerte de una mascota quien es considerada como un ser de significado afectivo para su dueño, se convierte en una experiencia difícil de atravesar por la carga emocional frente a este tipo de pérdida.

Frente a la muerte del animal de compañía sus propietarios pueden manifestar gran estrés y desconcierto, en tanto en su necesidad de expresar el duelo no reciba suficiente apoyo de su red social. En muchos casos la sociedad no brinda el apoyo necesario a quien sufre la pérdida de su mascota. Todos estos aspectos llevan a la persona a atravesar su duelo sin acompañamiento adecuado, de forma silenciosa y con temor a la búsqueda de ayuda por posibles señalamientos sociales frente a su dolor.

Por ello, una de las tareas más importante propuestas por Worden, es la aceptación de la realidad de la pérdida, que consiste en afrontar la realidad de que la mascota murió y no volverá, esto porque algunas personas se quedan bloqueados en una negación de la realidad.

Aceptar la pérdida es un trabajo que consta de tiempo, ya que este requiere no solo de una aceptación intelectual sino también emocional.